Durante el siglo XX ha disminuido en Occidente el número de
familias numerosas. Este cambio está
particularmente asociado a una mayor movilidad residencial y a una menor
responsabilidad económica de los hijos para con los padres mayores al irse
consolidando los subsidios de trabajo y otros beneficios por parte del Estado
que permite mejorar el nivel de vida de los jubilados.
En las décadas de 1970 el prototipo familiar evolucionó en
parte hacia unas estructuras modificadas que englobaban a las familias
monoparentales, familias del padre o madre casado en segundas nupcias y
familias sin hijos. Las familias
monoparentales en el pasado eran a menudo consecuencias del fallecimiento de
uno de los padres. Actualmente la mayor
parte de las familias monoparentales son consecuencias de un divorcio, aunque
muchas están formadas por mujeres solteras con hijos. En 1991 uno de cada cuatro hijos vivían solo
con uno de los padres, por lo general, la madre. Sin embargo, muchas de las familias
monoparentales se convierten en familias con padre y madre a través de un nuevo
matrimonio de la constitución de una pareja de hecho.